Siguiendo el sabio método tradicional, nuestros seis alambiques son el escenario de la doble destilación con fuego directo que realizamos muy lentamente. Así descartamos las ‘cabezas’ y ‘colas’ del proceso y seleccionamos únicamente el orujo ‘corazón’, óptimo para este aguardiente de extraordinaria finura y suavidad que reposa durante varios meses para que se equilibre.

Nuestro Orujo Blanco es de color cristalino. Sobresale su potencia en nariz, donde apreciamos aromas balsámicos y de fruta escarchada. Ya en la boca, su fuerza y alto contenido alcohólico son matizados por la suavidad de la glicerina y de otros alcoholes superiores, destacando su dulcedumbre, carnosidad y largura. Su finura, aroma y explosividad conquistan a los apasionados de este espirituoso trasladándonos a este mágico destino galego.